Desde la puerta de la crónica santiago mira la avenida Tacna sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el medio día gris. ¿En que momento se había jodido el Perú?
Así empieza conversación en la catedral de Mario vargas llosa. La novela ambientada durante el ochenio dictatorial del general Manuel Apolinario Odria. La primera escena se inicia en un bar vetusto en los barriales de lima. Por el puente del ejército. Santiago Zavala, estando en la perrera municipal, salvando al Batuquito de una muerte. Y donde a los perros rabiosos y vagos se les mataba a palos. Y encontrando, trabajando ahí a Ambrosio, un negro cuarentón y embrutecido. Al salir de allí y juntos dirigirse al bar la catedral y conversar en libertad. Esa libertad vigilada y calificada por un gobierno opresor de la libertad de prensa, de actividades cívicas. Y que encarcelaba y exiliaba a diversos políticos de oposición al régimen. Tuvo que soportar nuestro país por ocho años.
Juntos ambos personajes en una conversación amena soltando cada palabra que podría salar el poder de una dictadura y hacer que esta despierta iracunda. Para mutilar y exterminar aquellas vidas que esperan de lo que dan algo a cambio. Pero eso que reciben: opresión. Va envileciendo a la sociedad. Embruteciéndola. Y sumando a ello una terrible corrupción que emanaba del estado hacia las demás entes del estado y hasta la sociedad misma.
Esta novela de hecho histórico, tanto social y político. Muestran también como una opresión recia puede caer, romperse y perderse. Por un puñado de fanáticos idealista de libertad, de expresión hacia un generalote que por poder se mantiene en ella con armas. Oprimiendo a una sociedad. Amordazando sus interés e iniciativas de cambios.
De esta manera. Por un poder recio. Una humanidad innata del espíritu de vida y lucha. Combate con lo que oprime su desenvolvimiento hacia algo mejor, hacia su libertad. Asumiendo un papel cada vez más de cambio. Por ello es difícil olvidar aquellos personajes que pasan por esos ocho años, en esta novela.
La novela de fragmentos, como los fragmentos de una mentira, encajadas en una verdad. Es un eslabón más en la larga carrera literaria de Mario vargas llosa. Una carrera de palabras hacia una libertad plena en la conciencia humana.
(LOSIRA)
Cada quien tiene su propia política. Pues cada quien es dueño de su destino. WILLY QUISPE APAZA
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